Maitena Ribet - Taller de Expresión

Estaba en 4to año del secundario cuando tocó el timbre, y todos volvimos para sus aulas. Al llegar, nos sentamos en nuestros bancos, charlando mientras esperábamos que llegará el profesor con la computadora en la mano, como todas las semanas. Esta vez íbamos a ver una película, que luego íbamos a utilizar para hacer un trabajo práctico.  Esa película era The Truman Show, un drama/ciencia ficción protagonizado por Jim Carrey. En ella, nos cuenta la historia de Truman Burbank, un feliz agente de seguros que cree tener una vida perfecta y sobre todo normal. Hasta que se da cuenta que, en realidad, es protagonista de un programa de televisión, donde su vida es vista por millones de espectadores. Si bien fue un filme que vi hace un par de años. El nombre y su historia quedó en mi memoria, lo cual es extraño ya que soy muy mala en recordar este tipo de información acerca de películas o series.  Cuando la vi recuerdo quedar sorprendida por la trama y por la forma en la está producida la misma

 M argarita Todos en mi pequeña ciudad sabían lo que había ocurrido. Esas miradas de decepción y tristeza que recibía de personas que casi no conocía me parecían algo tan falso. Los murmullos de las personas cada vez que entraban a algún lugar me sacaban de quicio, porque yo ya sabía de qué estaban hablando. Algunas veces podía escuchar comentarios como, “Ahí va Natalia, la hija de Gustavo él que se suicidó” o “a mí me dijeron que fue él quién robó un banco y como no podía soportar a que la policía los descubriera se mató” o “para mí que se metió con gente peligrosa” e innumerables comentarios, que con el tiempo fue mejor olvidar. La muerte de mi papá había ocurrido hacía un par de meses, pero todavía la gente seguía hablando del mismo tema y eso todavía me afectaba. Aunque no me sorprendía ver sus expresiones de lástima y sus miradas como si comprendieran la situación. Pero no lo sabían, no sabían cómo es perder a alguien la cual esa mañana lo viste tomar café en su taza favorita, mie

  Viajando a otros lugares Por Maitena Ribet Una reina perfecta (2011) y La arquitectura del océano (2014), de Inés Garland Inés Garland nació en Buenos Aires en 1969. Es cuentista, novelista y traductora. Ha publicado libros y novelas para niños, adolescentes y adultos, entre ellos se encuentran “El rey de los centauros” (2006), “Piedra, papel o tijera” (2009), “Los ojos de la noche” (2016) entre otros. Se la reconoce por haber ganado el premio de Literatura Infantil Ala Delta 2070, el premio Alandar de Literatura juvenil 2021 y es la primera autora latinoamericana en ganar el Premio Deutscher Jugendliteraturpreis en Alemania en 2014 por “Piedra, papel o tijera”. En esta antología se encuentran unos breves cuentos, entre ellos están: “Azul turquesa”, “El remolino”, “La penitencia”, “Lo que me hiciste” y “Oscar”. En términos generales, la autora se caracteriza por escribir sus historias sobre las temáticas del amor, la decepción, el desamor, busca mostrar el lado oscuro, pero también i

  En ese escrito Julio Cortázar pone en evidencia algunos lineamientos sobre cuáles son las características que se debe tener en cuenta sobre un cuento. A continuación, se citarán algunas de las afirmaciones que considero interesantes.   “La noción de ser uno de los personajes se traduce por lo general en el relato en primera persona, que nos sitúa de rondón en un plano interno”, con respecto a esta cita puede coincidir con lo que se plantea ya que considero que la utilización de la primera persona provoca que el lector no solo tenga un papel dentro de la trama. Sino también a veces una identificación de esta en el caso de que se explicitan los sentimientos o pensamientos que el personaje transita durante el relato. “En ese momento, o más tarde, encontré una suerte de explicación por la vía contraria, sabiendo que cuando escribo un cuento busco instintivamente que sea de alguna manera ajeno a mí en tanto demiurgo, que eche a vi

 Nota de lectura En “Matar a un niño” de Dagerman la historia superficial es la de una familia que se estaba preparando ya que luego de desayunar, ellos tenían planeado ir al riachuelo para navegar con el bote. Pero la madre de la familia, mientras preparaba el desayuno se da cuenta de que le faltaba azúcar. Entonces, le ordena a su hijo que le pida prestado a un vecino. Mientras tanto, a pocos kilómetros, se encontraba una pareja terminando de cargar nafta en una estación de servicio para luego continuar con su viaje hacia el mar. Durante el trayecto, como había poco tráfico el hombre maneja a gran velocidad, esto provoca que no pueda ver al niño que estaba volviendo a su casa con la azúcar, chocándolo y provocando que este termine muerto. La historia profunda es aquella que pone en evidencia que un accidente o un suceso imprevisto le puede ocurrir a cualquiera, hasta el hombre más feliz del mundo como se recalca en el cuento. También, como la culpa cumple un factor importante en e

El 2 de junio de 2021 se llevó adelante la charla “Escribir para comunicar” en el marco de la Semana de Graduadxs organizada por la Dirección de la carrera de Comunicación. Esta estuvo coordinada por el profesor de Taller de Expresión I, Santiago Castellano, con la participación de Carolina Keve, Emiliano Grosso, Sofía Gómez Pisa, Agustina Martínez Alcorta, Mauro Lo Coco y estudiantes de la carrera. Durante el encuentro, algunas declaraciones que pude rescatar de los entrevistados fueron, en primer lugar, Sofía mencionó su experiencia cursando la materia Taller de expresión, en donde menciona que “es la materia donde te enseñan a escribir realmente y es el lugar donde se ven los géneros literarios con relevancia, que sirven para toda la vida” . También Emiliano nos transmite su opinión sobre la materia, en donde cuenta que la “formación de la lectura y escritura fue importante a lo que vino después (…) y el ejercicio